1/2/11

Los orígenes del movimiento obrero. Textos


J. Díaz del Moral. Hª de las agitaciones campesinas andaluzas

A la par que estas corrientes extranjeras arraigaban en la baja Andalucía, surgía en toda ella, por generación espontánea, un singular socialismo que encontró eco o nació, tal vez, con igual espontaneidad en otras regiones de España. Cuando se decretó la desamortización (…) los trabajadores del campo, que habían perdido su oportunidad de conseguir su bienestar (…) y cuya situación había empeorado con la pérdida de los aprovechamientos comunales, desearon una nueva desamortización a costa de quienes habían acumulado la tierra en sus manos y de los que la tenían en antiguo, de los nuevos ricos y de la nobleza (…).
Empezaba, por entonces, a circular por Andalucía la palabra socialismo, sin contenido determinado, como una vaga tendencia de pobres contra ricos; y en el nuevo vocablo (…) vertieron los ricos sus temores y los pobres sus anhelos. Y desde entonces, socialismo vino a significar para unos y para otros el reparto de la propiedad de los primeros entre los segundos…
J. Díaz del Moral. Hª de las agitaciones campesinas andaluzas.
Actas del Congreso obrero de Barcelona
Hemos dicho que somos internacionales, que deseamos la abolición de la propiedad individual; que deseamos que los instrumentos del trabajo pertenezcan a las sociedades obreras y que deseamos la abolición del derecho de herencia; no debemos ser de ningún partido político, y si no, a vosotros todos delegados pregunto: ¿sabéis que algún partido político haya dicho que aceptaba las ideas de la Internacional? Pues si no aceptan nuestras ideas, ¿con qué derecho pretenden que vayamos a ayudarlos? Y si ellos aceptan la emancipación social de los trabajadores, ¿por qué no vienen con nosotros, ¿por qué no son internacionales?
Si nosotros declaramos la abolición completa de todos los Estados ¿creéis que un internacional pueda convertirse en un instrumento autoritario? No, sino que debe abolir el Estado y si no puede abolirlo, no puede ni debe ir a las Cortes. Nosotros que anhelamos la destrucción completa de todos los gobiernos autoritarios y el triunfo de la libre federación de las libres asociaciones obreras,(... ) debemos procurar por todos los medios posibles hacer política obrera (....) y estad seguros que una vez nosotros nos hayamos reunido bajo la bandera del Trabajo no es necesario ocupar puesto en el municipio, ni en la diputación provincial, ni en la diputación a Cortes, porque una vez en mayoría, la revolución social vendrá y entonces haremos política para establecer o realizar la liquidación social.
Actas del Congreso obrero de Barcelona. 1870
La Federación de Trabajadores de la Región Española

La Federación de Trabajadores anarco-colectivistas, que es la agrupación más numerosa que existe en España (…), no espera ni quiere nada del Estado y sí de la organización de la clase trabajadora, organización distinta y opuesta a la de los partidos políticos; porque estos aspiran a la conquista del gobierno y los anarquistas deseamos la abolición de todos los poderes autoritarios (…) Los derechos individuales son por su naturaleza imprescindibles e ilegislables, el sufragio universal, el derecho de asociación, la libertad de imprenta, así como la autonomía del individuo, del oficio, del municipio, de la comarca y de la región, no serán verdad mientras no se transforme la propiedad individual en colectiva, para que entrando las colectividades obreras a tomar posesión en usufructo de las fábricas, talleres, ferrocarriles, máquinas y herramientas, como igualmente de las materias primas, suelo, subsuelo, minas, etc. quede por solo este hecho, el individuo emancipado económicamente y por tanto en condiciones de pactar con entera independencia y de ejercitar con entera libertad todos los derechos inherentes a la personalidad humanas, siempre que el individuo cumpla con el imprescindible deber de producir.
Manifiesto de la FTRE al Congreso Democrático Federalista de Cataluña. 1º de mayo de 1883.
Programa fundacional del PSOE

El Partido Socialista Obrero Español declara que su aspiración es: la abolición de todas las clases, es decir, la completa emancipación de la clase trabajadora, la transformación de la propiedad individual de los instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, social o común. La posesión del poder político por la clase trabajadora.
Y como medios inmediatos para la realización de este ideal, los siguientes: Libertades políticas. Derecho de asociación y legalidad de las huelgas. Reducción de las horas. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años (...). Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales en cuyos establecimientos la enseñanza sea laica (...). Justicia gratuita y jurado para todos los delitos. Servicio de armas obligatorio y universal (...)
Madrid, 9 de julio de 1879

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